Factores de riesgo más comunes
Cuando se invierte en desarrollos inmobiliarios financiados con deuda (y/o con un alto nivel de preventa necesaria), existen ciertos riesgos específicos que vale la pena tener en cuenta. Estos factores pueden impactar tanto en la rentabilidad esperada como en la viabilidad del proyecto. A continuación, los más comunes:
Riesgo de incumplimiento financiero | Es la posibilidad de que el proyecto no genere el flujo suficiente para pagar los intereses o devolver el capital prestado. Suele surgir cuando las ventas o los alquileres no alcanzan lo proyectado.
Riesgo de refinanciación | Se presenta cuando una deuda de corto plazo debe ser renovada, pero el mercado ofrece condiciones más exigentes o directamente no hay acceso al financiamiento. Esto puede poner en jaque la continuidad del proyecto.
Riesgo de tipo de interés | En estructuras con deuda a tasa variable, una suba en las tasas puede reducir la rentabilidad o incluso volver inviable el negocio. Este riesgo crece en contextos macroeconómicos inestables.
Riesgo de ejecución anticipada | Algunas estructuras de deuda incluyen cláusulas que permiten al prestamista exigir el pago anticipado si se incumplen ciertos compromisos. Esto puede acelerar los tiempos de repago y forzar desinversiones no planificadas.
Riesgo de preventas insuficientes | Muchos proyectos dependen de alcanzar un mínimo de unidades vendidas antes de iniciar la construcción o para acceder a financiamiento. Si no se logra, el proyecto puede demorarse o cancelarse.
Riesgo de costos imprevistos | Aumentos en materiales, mano de obra o gastos operativos pueden alterar el presupuesto original y afectar la rentabilidad o el cumplimiento de pagos.
Riesgo de plazos extendidos | Demoras en permisos, construcción o entregas impactan directamente en los flujos proyectados, estirando los retornos y generando mayores costos financieros.
Riesgo de vacancia o baja absorción | Una vez terminado el proyecto, puede no haber suficiente demanda para alquilar o vender al ritmo esperado, comprometiendo el flujo de caja.
Riesgo de sobreoferta | El ingreso simultáneo de múltiples proyectos similares en la misma zona puede saturar el mercado, presionando precios a la baja.
Riesgo legal o regulatorio | Cambios normativos, conflictos con normas de uso del suelo o juicios pueden demorar o paralizar el proyecto.
Riesgo del desarrollado/constructor | Si la empresa a cargo tiene problemas financieros, de gestión o reputación, el proyecto puede verse afectado en su calidad, tiempos o continuidad.
Riesgo de calidad constructiva| Fallas técnicas o vicios ocultos pueden generar costos adicionales post-entrega, reclamos legales y pérdida de valor de los activos.
Riesgo reputacional | Cualquier escándalo, conflicto con compradores o incidentes durante la obra puede afectar la percepción del proyecto y su valor.
Riesgo cambiario | En países con alta volatilidad, la diferencia entre la moneda del financiamiento y la de los ingresos proyectados puede deteriorar los márgenes.
Riesgo de iliquidez | Salir anticipadamente de un proyecto inmobiliario suele implicar aceptar descuentos significativos, ya que los activos no siempre se venden rápido ni a buen precio.
Riesgo de baja cobertura de deuda (DSCR)| Si el ratio entre flujo operativo y servicio de deuda baja demasiado, puede activar alertas del prestamista o restringir dividendos.
Riesgo ambiental | Contaminación del terreno, hallazgos arqueológicos o conflictos con comunidades pueden generar costos no previstos o paralizaciones.
Riesgo de conflictos societarios | Diferencias entre socios, inversores o sponsors pueden afectar la toma de decisiones, generar fricciones o incluso judicializarse.
Riesgo de concentración de compradores | Tener pocos compradores grandes (por ejemplo, un solo inversor institucional) puede ser riesgoso si alguno incumple o se retira.
Riesgo de salida forzada o anticipada | Ante necesidad de liquidez o presiones externas, puede forzarse una venta antes del momento óptimo, resignando valor.