Programa de inversión: Argentina
BUENOS AIRES – En un mundo donde la velocidad y la precisión son clave, el desarrollo inmobiliario tradicional, pesado y lento, empieza a mostrar signos de agotamiento. En su lugar, emerge una nueva estrategia, diseñada y desplegada por Americas Capital, holding con sede en el Reino Unido y oficinas operativas en Buenos Aires, que combina más de 33 años de experiencia con una visión clara: construir más, más rápido y con menos riesgo, aprovechando al máximo las oportunidades urbanas invisibles.
Esta visión se traduce en un modelo que algunos definen como “desarrollo distribuido inteligente”: múltiples proyectos residenciales medianos, de entre 30 y 50 unidades, en barrios consolidados, ejecutados en paralelo, con tipologías específicas y aprobaciones ya obtenidas. Americas Capital lleva adelante esta estrategia junto a operadores inmobiliarios altamente exitosos en su gestión, lo que asegura excelencia operativa y resultados consistentes. El resultado: velocidad de ejecución, diversificación de riesgo, eficiencia operativa y una Tasa Interna de Retorno (TIR) que supera a los modelos tradicionales.
Gaps urbanos: encontrar los vacíos, construir con precisión
La ciudad está llena de vacíos: lotes ociosos, retiros laterales, casas abandonadas, patios internos, terrenos subutilizados. En lugar de buscar grandes superficies en zonas periféricas o greenfields con altos costos de infraestructura, Americas Capital pone el foco en estos “gaps urbanos” ya conectados al tejido.
Estos espacios no solo no requieren cambios normativos ni largos procesos de aprobación, sino que ya tienen permisos vigentes o condiciones de factibilidad. Esto permite ahorros de tiempo de entre 12 y 18 meses frente a los desarrollos tradicionales, y reduce drásticamente el tiempo entre la inversión y el inicio de obra.
Acelerar el tiempo, multiplicar el retorno
En el real estate, el tiempo es dinero. Al eliminar esperas regulatorias y al trabajar con una metodología estandarizada y replicable, el equipo de Americas Capital logra lanzar múltiples edificios en paralelo, cada uno con entre 30 y 50 unidades, y con plazos de ejecución claramente definidos.
Además, al tratarse de proyectos con ciclos cortos, se minimiza la exposición a los habituales vaivenes políticos y económicos tan comunes en países en desarrollo, protegiendo la inversión frente a cambios regulatorios, fiscales o macroeconómicos inesperados.
La clave del modelo es lo que internamente llaman “rotación de capital productiva”: se invierte rápido, se construye con eficiencia, se entrega, se cobra y se reinvierte. Todo esto con una arquitectura financiera sofisticada y de bajo apalancamiento, donde la transparencia en la gestión y el control de costos son ejes centrales.
Tipologías diversas, riesgo atomizado
Cada desarrollo responde al micromercado en el que se inserta: unidades funcionales en zonas con alta demanda de alquiler, dúplex familiares en zonas residenciales, o edificios con amenities en sectores de reconversión urbana. Esta diversidad de producto, orientación y escala permite minimizar el riesgo comercial sin depender del éxito de un único proyecto.
El modelo funciona como un portafolio diversificado en sí mismo: si una localización o segmento no performa como se esperaba, su peso dentro del conjunto es limitado. Lo que se busca no es el gran “golpe de suerte”, sino una rentabilidad consistente y distribuida.
Escala oculta, eficiencia real
Aunque cada edificio se maneje como una unidad independiente, el volumen agregado del portafolio habilita una gestión centralizada y contrataciones con lógica de escala. Esto permite acuerdos marco con proveedores de hormigón, estructuras, carpinterías o ascensores, con menores costos unitarios y mayor previsibilidad.
La incorporación de tecnologías constructivas modulares y procesos semiindustrializados también permite acelerar los tiempos de obra, reducir desperdicios y estandarizar calidad sin perder flexibilidad arquitectónica.
Modelo ideal para el inversor institucional y privado
Este enfoque ha demostrado ser atractivo tanto para capitales familiares como para inversores institucionales que buscan diversificación geográfica, menor exposición individual y retornos optimizados. Con estructuras como fideicomisos escalonados, fondos cerrados o coinversiones por edificio, Americas Capital ofrece una plataforma transparente y profesionalizada, ajustada a los estándares globales de gobierno corporativo.
Renovar desde adentro, sin expulsar
Desde el punto de vista urbano, esta estrategia permite densificar sin saturar, modernizar sin desplazar. Al trabajar dentro de barrios ya consolidados, refuerza la infraestructura existente, revitaliza espacios subutilizados y aporta valor urbano sin generar disrupciones masivas. Es una forma de hacer ciudad más sutil, más orgánica y más eficiente.
Conclusión: escalar sin megaobras, crecer con inteligencia
La estrategia desarrollada y operada por Americas Capital, en conjunto con operadores inmobiliarios altamente exitosos, representa una nueva forma de pensar la escala en el desarrollo inmobiliario: no como sinónimo de gigantismo, sino como sinónimo de replicabilidad, control, eficiencia y adaptabilidad. Proyectos medianos, rentabilidades altas, riesgos bajos y una capacidad real de transformación barrial sostenida en el tiempo.
Una visión moderna para un mercado que necesita más agilidad, más inteligencia y menos exposición. Y que, con los ladrillos adecuados —y la estrategia correcta—, todavía tiene mucho por construir.
Con más de 33 años de trayectoria internacional, Americas Capital lidera proyectos de inversión inmobiliaria en mercados consolidados como Estados Unidos, Reino Unido y América Latina. Con más de 82 desarrollos y un volumen total superior a los USD 5.1 billones, la firma se distingue por su capacidad de generar retornos sostenibles, con una Tasa Interna de Retorno (TIR) promedio del 23,07% en sus últimas 20 salidas, excediendo sistemáticamente las proyecciones iniciales.